La palabra "pecado "ya no se usa, la hemos dejado en el olvido parece que es de siglos atrás, que ya no es relevante para nosotros, una palabra anticuada que usaban nuestros antepasados que no sabían vivir la vida, porque para ellos todo era pecado.
Nada más lejos de la realidad, la Biblia, un libro que se escribió hace miles de años, pero que nunca pasa de moda porque fue inspirado por Dios mismo, nos habla de la realidad del pecado en cada uno de nosotros. Nadie está exento de él, nadie puede decir que es bueno.
La creencia católico-romana nos dice que hay varios grados de pecado los mortales y los veniales y según qué tipo cometas así será tu penitencia. En la Biblia no se mencionan grados de pecado, para Dios el pecado es pecado y es lo mismo que robes un lapicero, que robes miles de euros, eso sí, las consecuencias no serán las mismas, pero la realidad es que has infringido la ley de Dios.
Si te saltas un semáforo en rojo y la calle está vacía has infringido la ley, pero no has tenido consecuencias como si te saltas un semáforo en rojo y atropellas a alguien. En ambos casos hay una infracción de la ley de tráfico.
Lo mismo pasa con la ley de Dios, en el momento que infringes uno solo de sus mandamientos ya eres culpable de cometer pecado, no importa si mientes o matas a alguien, en ambos casos ha habido una infracción de la ley. Y ¿quién es capaz de no infringir Su ley durante toda la vida? Estarás de acuerdo conmigo que nadie es capaz de hacerlo,ni siquiera por un solo día.
Por tanto, si somos conscientes de esto y confesamos nuestro pecado a JESÚS, Él nos perdona, porque fue Él quien murió en la cruz para perdonar nuestro pecado, lo único que tenemos que hacer nosotros es confesarlo.
¿Te atreves a hacerlo?
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