Un humilde pastor de ovejas, un jovencito pastor de ovejas fue elegido por Dios para ser rey de una nación. El problema era que ya había un rey en esa nación reconocido por todo el pueblo. Pero ese rey no era del agrado de Dios puesto que a la primera de cambio lo habia desobedecido, asi que, Dios señaló un tiempo para ser sustituido por el pastor de ovejas que sí tenia un corazón que agradaba a Dios.
En el entreacto, es decir, mientras el rey mayor seguía gobernando y el joven era preparado, éste tuvo que pasar por infinidad de sufrimientos antes de llegar a su propósito. Muchos fueron sus enemigos y el principal era, precisamente, el actual rey que había jurado matarlo y día tras día lo acosaba sin tregua.
El joven pastor temía por su vida cada minuto, no podía dar descanso a sus ojos por temor a no despertar vivo, pasó años en constante soledad y angustia, buscando refugio ahora aquí, luego allí, ningún lugar era seguro para él.
¿Os suena a algo esta realidad? En nuestros días se encuentran en esta situación miles y miles de personas, y quizás nosotros mismos tengamos que temer por nuestra vida, no lo sabemos, el vivir en un país próspero no nos garantiza nada.
Pero, este joven pastor pudo decir en medio de sus angustias: "en el día que temo, yo en tí, Dios, confío".
Amenazado, como estaba, supo poner su confianza en quien todo lo puede. Dios estaba al control entonces y está al control ahora. Ningún dirigente politico, ninguna amenaza de guerra mundial, absolutamente nada escapa al control del Dios que hizo los cielos y la tierra.
No sabemos qué pasará, la incertidumbre está a la puerta de nuestras casas y nuestros corazones, pero si Dios vive en tu corazón, no tienes que temer nada, puedes decir como dijo aquel joven pastor, que fue librado de sus enemigos y llegó a ser el mejor rey entre todos: "en el día que temo, yo en tí, Dios, confío".
¿Quieres confiar tu vida a Dios? Tú decides
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