lunes, 18 de abril de 2022

 
 
Acaba de pasar la Semana Santa para la cristiandad en España. Me pregunto ¿cuántos de los que han ido en las procesiones realmente conoce a Jesús?
    Y no me refiero a ese Jesús de madera o de escayola que deben llevarlo en hombros porque no puede caminar por sí mismo. O no puede escuchar las saetas que se cantan en su honor, porque no oye y tampoco puede ver.
    No, no me refiero a ese Jesús, sino al Jesús vivo, al verdadero Hijo de Dios, que después de dar su vida en una cruz por mis pecados y por los tuyos, resucitó y ascendió al lado de Su Padre Dios y un día volverá, no como un bebé, sino como el Rey de los cielos y la tierra.
    Me refiero al Jesús que cuando anduvo entre nosotros, dedicó su vida y su tiempo a hablar del Reino de Dios que había traido con Él, es decir, una nueva manera de pensar, hablar y vivir.
    Me refiero al  Jesús que estuvo con los que se consideraban lo peorcito de la sociedad, prostitutas, mendigos, recaudadores de impuestos, ladrones.....
    Me refiero al Jesús que confrontó y llamó hipócritas a la élite religiosa de aquel tiempo que se consideraban justos y buenos. No, Jesús no había venido a morir por ellos, sino a morir y salvar a los que se consideraban entonces y ahora personas pecadoras, personas que no merecian el amor, la misericordia y compasión de Dios. Por estas personas es por las que el Jesús de la Biblia, mi Jesús, sufrió la tortura y la crucifixión, la muerte, pero al fin, resucitó y con la resurrección nos dió vida y vida eterna a todos los que hemos creido en Él y le hemos abierto de par en par nuestro corazón y vida.
¿Conoces a éste Jesús? 
El vino a tener una relación personal conmigo y contigo, no una religión, así que, te pregunto: ¿qué tienes tú, una religión o una relación?

 

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