A nadie creo que le gusta la oscuridad. Lo primero que hacemos al llegar a un lugar oscuro es buscar una luz, cuando llegamos a nuestra casa en medio de la noche, encendemos la luz , si tenemos que andar en oscuridad llevamos una linterna, nuestros ojos no están diseñados para ver en medio de la oscuridad, estamos hechos para vivir en medio de la luz del sol.

Nuestra vida se desarrolla en medio de la claridad del sol, sin sol nada puede crecer ni vivir, la luz del sol no solo nos ilumina, sino que también da vida, la vida física tal como la entendemos.

Pero hay otra clase de oscuridad que no vemos, pero que es tan real como la oscuridad física y es la oscuridad espiritual. 

La oscuridad espiritual es vivir sin la luz de la vida que es JESÚS mismo. Sólo JESÚS es la luz de la vida espiritual, cuando tenemos a JESÚS viviendo en nuestras vidas es entonces cuando podemos ver las cosas espirituales y vivimos de acuerdo a la luz que nos transmite JESÚS mismo, nosotros solo reflejamos Su luz, igual que la Luna no tiene luz en sí misma, sino que transmite la luz que le llega del sol.

Pero sólo cuando tienes la luz de JESÚS experimentas la verdadera vida, porque JESÚS al igual que el sol es VIDA. Si es grande  la diferencia entre vivir en la oscuridad física en contraste con la luz del sol, mucho mayor es la diferencia entre vivir en oscuridad espiritual y vivir en la luz de JESÚS.

¿Te atreves a comprobarlo? Ahora es el tiempo para hacer la diferencia.