Estamos viviendo tiempos convulsos, el mundo está lleno de incertidumbre, guerras que parecen no tener fin, amenazas de guerras, gobiernos que no se ponen de acuerdo y dejan a la población sin dirección ni apoyo, o lo que es peor a merced de grupos armados, luchas de poder sin tregua, inflación, precios desorbitados...parece que no hay cordura en el corazón de la humanidad, corremos y corremos sin rumbo ni metas.

La medicina te atiborra de medicamentos, la TV y las redes sociales están llenas de basura para  distraer la mente, el gobierno piensa por nosotros y nos manipula como quiere, así pasamos la vida como ovejas llevadas de aquí para allá... es una locura. 

No estamos hechos para vivir de este modo, por eso están creciendo exponencialmente las depresiones, la ansiedad, el suicidio...¿hasta cuándo vamos a decir ¡BASTA!?

Dios, que todo lo sabe, ya proveyó una salida a toda esta locura, pues conoce nuestro corazón y sabe que no somos capaces de gestionar nuestras propias vidas.

Él que es infinitamente bueno se ha ofrecido como refugio para nuestras almas cansadas y sedientas de paz y seguridad. En medio de esta tempestad mundial e individual, Él es el puerto seguro donde poder anclarnos y encontrar refugio.

En sus brazos de poder podemos encontrar la calma y tranquilidad por la que suspira nuestra alma, si somos sinceros con nosotros mismos.

¿Quieres seguir corriendo sin rumbo, seguir en desasosiego? ¿O prefieres refugiarte en un lugar seguro donde hallar descanso para tu alma?

La decisión es tuya