viernes, 12 de enero de 2024


 Era un día luminoso, no parecía que iba a llover ese día, era el día perfecto para hacer el experimento que tanto tiempo y esfuerzo le había costado.

Los periodistas se agolpaban alrededor de él, todos querían ser los primeros en tener una exclusiva de lo que se presumía sería un acto heroico en ese siglo. 

El equilibrista estaba preparado, había que tener nervios de acero para cruzar las cataratas del Niágara con solo una pértiga y un cordón debajo de sus pies.

Apenas se podía oír algo en medio del rumor de las cataratas, pero estaba preparado, ese era su momento de gloria y sabía que no fallaría.

Cuando se acercó al cordón para cruzar las cataratas todas las cámaras apuntaron a su figura, la respiración de todos los presentes quedó suspendida mientras el equilibrista cruzaba las cataratas como si estuviera en el salón de su casa. Cuando las cruzó cientos de manos aplaudieron la hazaña que quedaría registrada como una de las más famosas de la historia.

No había ninguna duda de que él era un héroe y lo acababa de demostrar, pero aún había más. Todos quedaron más que sorprendidos cuando el equilibrista anunció que esta vez cruzaría las cataratas con una carretilla y alguien subido en ella.

Este anuncio desató la locura entre los periodistas, todos se apiñaron junto a él para ver lo que nadie antes había visto en el mundo mundial.

El más atrevido periodista que estaba junto al héroe del día comenzó a alabar el valor y la pericia del equilibrista, éste le preguntó: "¿Usted está seguro de que puedo hacerlo?". El periodista no dudó ni un segundo en afirmar que por supuesto que era capaz de realizarlo sin peligro para la persona que iría en la carretilla. El equilibrista le preguntó: "¿Quiere ser usted el afortunado?".

Esta historia real nos ayuda a entender que no es lo mismo creer que confiar. Una cosa es creer que una persona puede cruzar las cataratas con alguien subido en una carretilla y otra muy diferente es subirse en la carretilla y confiar tu vida al equilibrista.

Si preguntamos a muchos de nuestros vecinos, compañeros, habitantes de nuestros pueblos, si creen en Dios, un número bastante razonable te dirá que sí, que creen que Dios existe, incluso algunos irán a reuniones religiosas con frecuencia, pero mi pregunta es: ¿Cuántos de ellos se han subido a la carretilla de Dios?, ¿Cuántos de ellos han confiado su vida a Dios, han puesto sus vidas en manos de Dios? Me temo que muy pocos. 

¿Acaso tú eres una de las personas que dices que crees, pero aún no has confiado tu vida a Dios? Este año hemos comenzado con más caos, si cabe, que al terminar el 2023, subidas de precios, inflación, un gobierno dividido, y añade todo lo que quieras....en el mundo mundial,  la situación no es mejor.....parece que no hay salida, que todo va de mal en peor....pero hay esperanza, Dios nos tiende Su mano de salvación y nos dice que el que confía su vida a Él tiene vida eterna, Dios llenará su vida de esperanza, aquí y ahora y por toda la eternidad.

¿Pondrás tu vida en Sus manos? Es tu decisión


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