Estoy bastante indignada, triste, siento rabia y pena a la vez. 

La ley del aborto que se ha aprobado recientemente ha causado en mi y en millones de ciudadanos más todas estas tensiones.

A unas semanas de la Navidad, de la celebración del nacimiento de JESÚS para salvarnos de nuestra maldad, cometemos una atrocidad horrible, damos rienda suelta al asesinato de bebés impunemente.

¿No es contradictorio?

Jesús vino para darnos vida y no una vida cualquiera, sino la vida eterna y nosotros optamos por la muerte, es más, defendemos la muerte de bebés por razones "comprensibles".

JESÚS se hizo un bebé, naciendo de un seno virginal y María lo aceptó. María era tan solo una adolescente cuando el ángel le informó de que ella era la elegida para ser la madre de JESÚS, el Salvador del mundo. Ella perfectamente hubiera podido rechazar esa proposición, pues la dejaba en una posición ante la sociedad de rechazo y vulnerabilidad.

Sin embargo, ella aceptó ser la madre de su Salvador, como lo expresa ella misma en el Magnificat en el evangelio de Lucas.

Pues JESÚS, era el esperado para llevar a cabo lo que nosotros no podíamos hacer. Él vivió en nuestra tierra, codeándose con personas non gratas a la sociedad, pero nunca pecó, no se halló en Él ni una sombra de la maldad que, tristemente llevamos cada uno de nosotros.

Puedes pensar que estoy exagerando, que el ser humano es bueno por naturaleza, pero la historia pasada y presente evidencia una maldad sin límites en la humanidad.

Para DIOS, no hay pecados pequeños y grandes, aunque la magnitud de las consecuencias no sean las mismas, pero, la raíz del pecado vive en nosotros, el engaño, la mentira, el egoísmo, el orgullo, la envidia.......viven en cada uno de nosotros, en mayor o menor medida.

No somos libres, estamos atados al pecado de por vida y el fin es la muerte eterna, la separación de DIOS por toda la eternidad, pero...hay una salida,....justamente por eso vino JESÚS al mundo para salvarnos, para liberarnos de esas ataduras al pecado, para hacernos personas nuevas, cuyo fin será vivir en la presencia de DIOS por toda la eternidad.

¿Quieres ser tú una de ellas? Tú eliges